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Hacia lo Salvaje en acústico en la sala El Sol de Madrid

Leonconcarafondoblanco

Logo de la escuela de música Leaozinho en Parada de Lucas (Brasil)

Hola a tod@s. El próximo día 12 de febrero en la Sala Sol de Madrid (C / Jardines, nº 3) haremos un único concierto en el que tocaremos todas las canciones de «Hacia lo Salvaje» en acústico.

Para nosotros va a ser un concierto muy especial, justo antes de empezar la gira en Europa. Sólo habrá 150 entradas disponibles a un precio único de 20 € y la recaudación íntegra será destinada a una escuela de música en Parada de Lucas (Brasil).

Toda la información de este proyecto se puede ver en http://leaozinho.net. Las entradas se podrán conseguir en www.ticketea.com el próximo Viernes, 1 de febrero de 2013 a partir de las 10:00h.  Los horarios son:

Apertura de puertas: 21:30 horas

Artista invitado (Ángel Carmona con su proyecto Aerostato en acústico): 21: 45 horas

Amaral: 22:30 horas

Aunque no estén en el escenario, en este proyecto colaboran desinteresadamente El Sol, Hook y Ticketea.

El periodista Ángel Carmona, uno de los impulsores de la escuela, nos envía un texto  que queremos compartir con vosotros:

Parada de Lucas no existe en ese imaginario de favelas que vemos en las películas: esta está alejada, muy alejada, del Pan de azucar. Hay que salir varios kilómetros por la Avenida de Brasil, una de las columnas vertebrales del país, para llegar a la comunidad. Allí encontraréis una dicotomía bien ambigua: sentido extraordinaro de convivencia común que se encuentra cercenado por una mafia que domina el lugar. Hay un pequeño síndrome de Estocolmo: se supone que los bandidos protegen a la comunidad de otros bandidos que podrían tomarla y de (ay) la policía. Nadie pacificará esa favela: por allí no pasará ni el papa en su próxima visita, ni el Mundial , ni los Juegos Olímpicos . Aquí los políticos no tienen puntos que sumar.
 Nos olvidamos de ellos (de los politicos y de los bandidos). Esta es una historia de amistad y alegría. Nuestro epicentro es una mujer llamada Neuza: ella es nuestra mamá favela. Su casa funciona a modo de centro cultural (CIACAC) y allí son bienvenidos todos los niños y las niñas. Sean hijos de bandidos o no. Son niños, no sus padres.
Allí caímos una serie de voluntarios hace dos veranos gracias a una ong llamada Pandora. El cometido era instalar una serie de ordenadores para crear un aula de informática. Yo no controlo mucho de eso, así que me fui con un par de guitarras.
Así, comencé a jugar con los niños y poco a poco fuimos creando turnos hasta empezar a lo que podría llamarse un taller de guitarra. Quién daría clases una vez que nos fuéramos? Afortunadamente estaban los adolescentes de la favela: ellos tomaron el relevo y ahí nace el proyecto leaozinho . En realidad es de ellos: de los niños, los profesores y de Neuza. Es de la comunidad .
Junto a otra voluntaria, Nuria Dillán , comenzamos a montar la infraestructura para que Leaozinho fuera oficial : sueldos para los profesores, darse de alta como organización…
Al verano siguiente volvimos a Parada de Lucas. Los chicos habían cumplido con su promesa de seguir dando clase, pero sólo quedaban  dos profes. Llevamos profesores españoles como voluntarios (alguno de la escuela de música creativa ) y volvimos con ocho adolescentes que se transformaron en maestros.
Ellos dan aula a los niños y niñas en cuatro turnos cuatro días por semana. Hasta los adultos están recibiendo clases. Uno de los adolescentes, Jorge, es el coordinador de leaozinho. El nexo entre Neuza, los profes, las alumnos y nosotros .
En leaozinho la música genera música: desde España bandas como Muchachito Bombo Infierno, Fuel Fandango o Mucho han realizado conciertos que han sufragado el proyecto que envía cada mes dinero a la favela para pagar los sueldos de los profesores y apoyar el centro de Neuza.
Gibson  donó diez guitarras que ya se usan en la escuela, y tenemos cerca de treinta más (donadas por músicos y también por personas anónimas ) que pronto irán a la escuela. Esa escuela ha ayudado a que la música revolucione una favela. Las guitarras no tienen gatillo.
 Ruocanruol!
Ángel